Economía / Política
El exceso de empleados municipales es un de las trabas que tienen las finanzas de la mayoría de los pueblos del interior argentino, sin ser la excepción la realidad que compete a 25 de Mayo.Costos del empleado público |
Hasta el obsecuente sindicato de trabajadores municipales reconoce dicha superpoblación, prueba suficiente para que la vecindad comprenda algunas falencias estructurales de arrastre.
En un país donde el poder adquisitivo mayoritariamente está en decadencia por los malditos procesos inflacionarios, la compensación mensual que reciben muchos de esos empleados es mínima y básica.
Los compromisos políticos siempre se reflejan en el incremento de personal con tareas públicas, lo que genera una superposición incomprensible para el ámbito privado.
Parte de las tasas municipales sirven para cubrir estas decisiones funcionales, costumbre creciente en los últimos quinquenios.
Como siempre, suelen pagar los platos rotos “justos por pecadores”, porque hay trabajadores públicos eficientes en puestos claves y están aquellos que simplemente cumplen un horario, si se les exige.
Argentina suma casi 4,0 millones de empleados públicos, donde más de la mitad del resto de los habitantes cobra algo del Estado. O sea, se vive en un país atado a las oportunidades atojadizas de los funcionarios de turno.