Sociedad / Historia
Cada vez que se la recuerda a la cantante Gilda (foto), inevitablemente muchos veinticinqueños piensan en un coterráneo.Sucede que aquel fatídico 7 de septiembre de 1996, en el kilómetro 129 de la ruta nacional 12 -en suelo entrerriano-, un camión embistió al colectivo donde viajaba la ya afamada artista, acompañada por un numeroso grupo.
Entre ellos estaba Guillermo Aimo, vecino de 25 de Mayo, quien por entonces era un joven sonidista de la cantante y milagrosamente salvó la vida.
“Memo”, como se lo conoce desde la adolescencia, debió afrontar una compleja y prolongada recuperación. En su entorno hablan de un segundo nacimiento.
A raíz de ese accidente, junto a la cantante falleció su madre, su hija mayor, tres de sus músicos y el chofer del ómnibus. Otros músicos y asistentes quedaron gravemente heridos.
Con el paso de los años, el mito de Gilda no dejó de crecer.
Incluso, desde antes de su muerte, muchos fanáticos le atribuyen la condición de santa, debido a que creen que ha realizado varios milagros.
Existe, también, un santuario en su honor en el lugar donde ocurrió el accidente fatal.
En medio de todo este fervor, el lado comercial reflejó la vida de quien se llamaba Miriam Bianchi con la publicación de un libro autobiográfico, la realización de una aclamada obra de teatro, más el actual estreno de una millonaria película y otro CD relacionado.