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Éticamente incorrecto

Ser hijos de presidentes tiene sus privilegios y también sus compromisos.

Las presiones extras y las responsabilidades aleatorias de Florencia y Máximo no son menores, pero de pronto se ven envueltos en temas escabrosos que deberían aclararse.

La repentina muerte de Néstor Kirchner hizo que su hija debiera viajar en un costoso taxi aéreo desde los Estados Unidos y ahora una aparente dolencia sin riesgos en la salud del varón movilizó al Tango 01 hasta la patagónica Santa Cruz.

Avión presidencial en Río Gallegos

El avión insignia de la flota presidencial voló al sur del país para trasladar hasta Buenos Aires al hijo de Cristina Fernández, lo que implica un costo de entre 50.000 y 80.000 dólares de acuerdo a diferentes parámetros de la industria sectorial.

En el legado popular quedó instalado que aquel transporte de Florencia en octubre de 2010 y el reciente de Máximo fueron costeados con fondos públicos, lo que no deja de molestar a una gran parte de la ciudadanía.


Médicos coinciden en que la “artritis séptica” en la rodilla del hijo varón de los Kirchner se pudo haber tratado sin problemas en Río Gallegos, aunque con ello quedó de manifiesto el estado de emergencia del sistema de salud de la provincia santacruceña.


Las dudas flotan y el misterio crece con el paso de las horas. Fue en verdad ese el problema?

Tampoco pugnamos por la odiosa comparación cuando se involucra a una familia común alejada de una ambulancia pública en cualquier parte del país. Sencillamente son temas diferentes, aunque muchos se vean discriminados. 

Los políticos de jerarquía insisten en la educación y en la salud pública, pero a la hora de sucesos de relieve que se los involucran reflejan una conducta contraria.

Cuando hay en juego plata del Tesoro nacional mediante, cualquier ciudadano tiene la obligación de exigir su rendición de cuentas.

Nadie discute liderazgo político, el amor por los hijos o el dolor que provoca la muerte de un ser querido, pero cuando se ocupan lugares de influencia, se debería ser más prudente para mediar las consecuencias de determinadas acciones.