Un porcentaje indefinido de argentinos sufre de problemas dispares propios del crecimiento económico, la falta de previsiones y la escasez de inversiones.
Con el tópico de estacionalidad mediante y algunas improvisaciones para salvar circunstancias, las largas filas de habitantes se convierten en repetitivas para lograr lo que se busca y provocan el cansancio típico del sufrimiento o cansancio.
De acuerdo a la magnitud de cada ciudad, la problemática se potencia de manera alterna como lo vivido en 25 de Mayo. A modo de simple listado, en los últimos días fueron comunes las "colas" por algo en particular o en reclamo de otras necesidades básicas.
Estos padecimientos se pueden sintetizar en los siguientes puntos:
# billetes, con cajeros automáticos fuera de servicio.
# monedas, para el transporte público en Capital Federal y alrededores.
# combustibles, por problemas de abastecimiento desde refinerías.
# luz, por cortes de suministro ante una demanda récord dada las altas temperaturas.
# piquetes, ante incumplimientos de promesas o como reacción al hartazgo.
Hay problemas comprensibles, pero otros inaceptables por ser repetitivos cada año.