. Dentro de ese juego tendencioso con la prensa que pregona el gobierno argentino, la veloz aprobación en Diputados del proyecto de la nueva ley de medios es un evidente cúmulo de arrebatos.
. Se necesitan cambios, pero nunca con las chicanas y premuras actuales. Hay legisladores, oficialistas y de la oposición, que dan vergüenza, mientras suman fortunas.
. El manoseo a la llamada ley de medios es incomprensible, con consecuencias democráticas difíciles de acallar. Todos contra todos a cualquier precio, con acusaciones cruzadas de alto perfil y bajeza estructural.
. Sin profundizar en artilugios políticos, no compartidos, como el demorar la entrada del proyecto al Senado, buscamos analizar el fondo de la trama, esa que nos deja secuelas.
. Más allá de la necesidad de romper con los monopolios periodístico, el proyecto con media sanción abre intrigas de enormes flancos de poderío en el futuro próximo.
. Hasta la oposición se equivocó en Diputados al no asistir a la votación. A todos se los elige para legislar.
Cuál es el punto justo?
. Repartir el escenario en relativas partes iguales entre el gobierno, ONGs y capitales privados para la explotación de medios, es como querer comparar a un elefante, a una hormiga y a un leopardo: todos son animales, pero con diferencias abismales de supervivencia.
. Actualmente uno discrepa con la línea editorial de algunas empresas periodísticas, pero no podemos dejar de reconocer los avances tecnológicos logrados, muy lejos de los medios oficiales actuales y de las ONGs que ya comienzan a ser tentadas a ser usadas por terceros.
. Tampoco avalamos la andanada de preocupaciones de grupos periodísticos que dicen podrían desaparecer, porque manejan intereses sesgados. Cuando mucho, cambiarán de manos.
. Ahora, varios dan la cara, cuando por años se ocultaron tras fabulosos negocios.
. Buena parte de la prensa le es funcional al gobierno (nacional, provincial o municipal) por intereses políticos y comerciales, pero los tiempos se dan vuelta como una tortilla.
. Para nivelar opiniones se habla de una nueva comisión de contralor, en lugar del irresoluto Comfer, pero bajo una mayoría oficialista hasta más allá del mandato presidencial actual. De nada servirá, y en Argentina sobran experiencias al respecto.
. A priori habrá desinversión y cuestionadas autoridades de aplicación.
Idealismo
. Se habla de consenso y de tener prudencia, buscar una ley para todos, entonces, por qué no se hace en la práctica lo que se vocifera a los cuatro vientos?.
. Se necesita una nueva legislación para los medios, pero se tiene la sensación de que otra vez se dejará pasar una extraordinaria oportunidad para ser leales y parejos.
. El Senado está en la puerta de revisar y corregir desvíos peligrosos. Si hay voluntad política, se podrá avanzar, pero los antecedentes no permiten ser muy optimistas.
. Todo apunta una vez más, a que "hecha la ley, hecha la trampa", una mala costumbre que los argentinos no podemos desterrar.