. Con el encabezado "Protestas en varias localidades bonaerenses" y titulado "Algunos ruralistas ya se instalaron en las rutas", la página 5 de la edición del 20 de febrero menciona a Diego Di Salvo -flamante papá de una segunda niña-, Daniel Cataneo y Diego Marchesotti.
. La tensa relació
n entre el Gobierno de Cristina Fernández y los representantes rurales se mantiene desde marzo del 2008, pese a fallidos intentos de acercamiento y reuniones varias veces infructuosas.. El material de Clarín, a tres columnas, con volanta y foto adjunta, cuenta con algunas imprecisiones. El equipo del diario tenía al menos a una joven periodista y de ladero a un fotógrafo.
. Una síntesis de la misma, previo al inicio de un nuevo paro agropecuario de cuatro días, se refleja así:
Calor. Mucho calor en el cruce de la ruta 205 con la 51, en Saladillo, 200 kilómetros al oeste de Capital. Y sobre calor, calentura: "A los problemas que nos da el Gobierno se sumó la seca y nos cortó todo", protestó Juan Miguel Crego que ayer (por el jueves) aseguró que "nunca" vio algo así en sus 75 años de vida en el campo.
Una bandera argentina atada a un cartel verde (...) le acaricia el sombrero negro. En el camino, 20 camiones, más camionetas y más hombres de alpargatas, cintos de yute y viseras.
A la izquierda, 15 productores buscaban ampararse del sofocón de 40 grados bajo los sauces. "No son llorones estos", enseñó Diego Di Salvo, y generó la inmediata acotación de Diego Marchesotti: "Los llorones acá somos nosotros". Y eran más.
Ayer llegaban a 50 los productores autoconvocados que en Saladillo empezaron la protesta que mantendrán hasta el martes al mediodía, cuando se movilicen hasta el Ministerio de la Producción para apoyar las negociaciones de la Mesa de Enlace.
Protestas similares había ayer en Chacabuco, Salto y Chivilcoy, entre otras localidades.
"Nosotros queremos ir al paro para que la Presidenta hable en serio del problema del campo", explicó Marchesotti, celular en mano para avisar a todos los de la zona que la cosa "va en serio".
Daniel Cataneo lo interrumpe, sentado en la caja de una camioneta gris clara: que tiene 14 empleados, que las cargas sociales, que su campo de 25 de Mayo no le dio una cosecha entera, que todo lo que ganan lo ponen de nuevo en la tierra.
Como una letanía, los productores vociferaron su indignación y "confianza cero" en Néstor y Cristina Kirchner, y ratificaban su apoyo a la Mesa (de Enlance), pese a la "metida de pata" de Hugo Biolcati. Firmes, juran no van a parar hasta que se libere la exportación de carne y se anulen las retenciones del maíz, girasol y trigo.
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