- La ex candidata presidencial, Ingrid Betancourt, fue liberada esta semana por las Fuerzas Armadas de Colombia, en la noticia destacada de los últimos tiempos por su implicancia humanitaria y por el duro golpe a la logística guerrillera de las locales Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC).
. Su causa representa un alo de relajación para la enorme cantidad de rehenes todavía en poder los guerrilleros, que desde hace más de 40 años son insurgentes en el país caribeño, poniendo en riesgo a las instituciones, a la población y a la seguridad territorial.
. Hay sangre derramada durante las largas cuatro décadas, muchos muertos inocentes y demasiados sufrimientos.
. La preciada libertad de Ingrid ya es una realidad, aunque se trata del comienzo de un largo proceso para buscar que las FARC revean su postura y acepten una paulatina integración societaria.
Objetivo
. "Es una señal de paz para Colombia", dijo la política, madre de familia (foto) con la ciudadanía también francesa, para una mujer de 46 años que se la registró con una inusual fortaleza tras algo más de seis años de cautiverio.
. Aferrada a su rosario y la invocación a Dios en todo momento.
. Muchos gobiernos ayudaron a encontrar una salida. Se involucraron los presidentes de Francia, Venezuela y Argentina, entre otros, pero fue una audaz operación de inteligencia militar del ejército colombiano que sorprendió con el objetivo logrado.
. Deja alguna duda tan impecable operación, pero el resultado valió la intención.
. También recuperaron su libertad otros 11 militares y policías colombianos y tres ciudadanos estadounidenses.
. Ver las imágenes televisivas de la llegada de Betancourt y del resto de los ex rehenes de las repudiables FARC, resultó emocionante, como fueron los momentos del reencuentro con sus hijos que volaron rápidamente desde París a Bogotá.
. Más allá del respaldo político que representa el hecho para la gestión del presidente colombiano Alvaro Uribe, uno festeja la libertad de esas personas, pero no olvida que son decenas los que todavía quedan privados de sus derechos en las selvas del país.
. Que lo de Ingrid y sus compañeros sea un gigante paso más para una solución concreta al terror de la guerrilla y la inseguridad en la hermosa Colombia.