- Parece que no es un cuento, tampoco un juego o una cámara oculta. No lo conocemos y tampoco logramos certificarlo, pero varios portales se hicieron eco de la modalidad.
. En un restaurante del barrio porteño de Palermo, uno almuerza o cena y al término decide pagar lo que cree que valió lo consumido. Sólo tiene precio fijo la bebida y el servicio de mesa.
. Se dice que en la entrada hay un cartel que explica la propuesta, pero como son muchos los distraídos, el mozo lo repite una vez que los comensales se sientan a la mesa. Además el menú no tiene precio y sólo está la descripción de los diferentes platos.
. Al momento de abonar, hay que caminar hasta la caja, lugar donde a cada cliente se le entrega el resumen de lo consumido. Allí el cliente decide cuánto pagar.
. Algunos justifican su importe; otros prefieren no hacer comentarios.
. La conclusión es que entre el 70 y el 80 por ciento de los comensales utilizan el sentido común y pagan dentro de los parámetros razonables.
. El restaurante es una parrilla, donde ofrece también pastas y pescados. No aceptan reservas de más de cuatro personas porque la experiencia demostró que la masividad no paga bien.
. La idea de que cada uno pague lo que considera que valió lo que comió es un sistema que se implementa en restaurantes de Australia, Alemania y Estados Unidos.
