Opinión / Espectáculos
Hay varios posicionamientos en cuanto a lo que representa el carnaval en 25 de Mayo y en Lincoln por su cercanía, pero lisa y llanamente es imposible comparar porque resultan puestas en escenas totalmente diferentes.
A nivel
indumentaria, el supuesto peor vestido de una comparsa veinticinqueña
resulta ser la mejor presentación de una agrupación linqueña, pero a nivel evento,
el de la vecina ciudad saca años luz en lo económico a favor de las
instituciones del lugar.
Batucada veinticinqueña |
En cambio, en Lincoln el ingreso al corso
es gratuito, aunque se deben abonar 25 pesos por estacionamiento de cada auto,
igual importe por un lugar en las gradas, 12 pesos por una gaseosa y un
espectáculo musical de nivel nacional o internacional de cierta jerarquía libre para los asistentes.
Aquí aparecen las grandes diferenciaciones,
ya que mientras una buena noche en el corsódromo veinticinqueño se logran
reunir unas 6.000 personas, la avenida principal de Lincoln llega a albergar
unas 40.000 personas a lo largo de 9 cuadras.
Los números de consumo e ingreso económico
saltan rápidamente, por eso insistimos en que no es malo copiar una idea si
resulta leal y beneficiosa. El impacto de popularidad también es notorio.
Los resultados económicos a priori marcan
la enorme capacidad para organizar cada evento, ya que es evidente que en 25 de
Mayo falta infraestructura de difusión y compromiso masivo frente a un hecho
que resulta el más importante anualmente para las arcas de muchos.
Motivo linqueño |
Allá se disfruta del llamado corso como en
las décadas del 70 u 80 ocurría en el centro de 25 de Mayo, ahora nosotros –los
veinticinqueños- ofrecemos un espectáculo artístico de alta calidad pero que no
está explotado financieramente como muchos nos imaginamos debería ocurrir.
Además existe un posicionamiento político también
diferente, ya que en Lincoln es el
gobierno local el que afronta la responsabilidad del costo organizativo con
aval de la provincia por la llegada municipal al Sciolismo y al Kirchnerismo.
Quizás sea el momento de abrir el juego a
otras personas y a más instituciones en 25 de Mayo para que el compromiso se
renueve y no se pierda todo lo mucho que se ha logrado hasta ahora, dejando de
lado esa insólita sensación de envidia maliciosa.
A nuestra querida 25 de Mayo se la conoce como "ciudad del carnaval", aunque no esté legislado al respecto, mientras que a Lincoln se la identifica como la "capital nacional del carnaval artesanal".
A nuestra querida 25 de Mayo se la conoce como "ciudad del carnaval", aunque no esté legislado al respecto, mientras que a Lincoln se la identifica como la "capital nacional del carnaval artesanal".