Ejercer el poder tiene sus vericuetos y uno supone que
mucho más compromiso personal en ciudades particulares como 25 de Mayo.
Un simple ejemplo surge del nombramiento de los grandes contribuyentes para analizar cambios en las tasas municipales, los que en su mayoría fueron puestos desde la esfera municipal, cuando la oposición nunca demostró urgencia sobre el particular.
Los políticos llegan a sus puestos luego de una serie
de compromisos electorales que deberían tener la obligación de cumplir y
hablamos en potencial ya que suelen aparecen en el horizonte una serie de
imponderables.
Sin embargo, hay pautas de gestión municipal que como vecinos
debemos remarcar, al margen de los motivos oficiales que existan para
contrarrestar las posturas.
Hay decenas de calles en la planta urbana y en
localidades del interior que fueron prometidas con asfalto y todavía siguen
esperando, salvo algunas pocas que tienen un mejorado de frágil mantenimiento.
Escuchamos quejas de empleados municipales por pagos fuera de
los salarios básicos, en base a honorarios especiales u horas extras por
ejemplo, que no ayudan demasiado a una real composición de bolsillo.
También se transparentaron en los últimos tiempos
algunos pagos mensuales a obreros que directamente no acuden al trabajo,
algunos con acciones de amparo.
Se observa extraño que en este contexto el caso de un
representante líder sindical que a su vez es funcionario municipal con nombramiento.
Otra tema ciudadano de difícil comprensión es el rol
de algunos concejales, a quienes se los observa poco activos o frenados por
compromisos políticos diferentes a otros reclamos.
Un simple ejemplo surge del nombramiento de los grandes contribuyentes para analizar cambios en las tasas municipales, los que en su mayoría fueron puestos desde la esfera municipal, cuando la oposición nunca demostró urgencia sobre el particular.
Sobre el reciente impuestazo (clic), sigue sin entenderse que
al margen de alguna discutida necesaria readecuación de tarifas, no se ataque
con fortaleza a la enorme cantidad de contribuyentes morosos, quienes a la
larga se benefician por planes de regularización.
Por eso, el premio a los incumplidores pareciera una
constante en Argentina.
Otra promesa en danza es la limpieza de la Laguna
Mulitas, la que cada vez genera más pena por el estado de preservación.
Estos son apenas algunos frentes débiles que
observamos como vecinos en la gestión de la intendente veinticinqueña Victoria
Borrego, de quien sabemos la voluntad personal y desconocemos los contratiempos
ejecutivos para cumplir con las promesas de campaña junto a sus inmediatos
colaboradores.