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Suicidas

El sábado fuimos testigos de maniobras conductivas típicas de suicidas al volante con el riesgo para otros inocentes.

Por la ruta 51 de Chivilcoy a 25 de Mayo, al mediodía, viajaba muy despacio un contingente de cosechadoras, tractores, tolvas y casillas, esas formaciones tradicionales que se observan en plena época de cosechas, con los problemas que estas moles traen al tránsito.
Foto simulada

En igual sentido se movían dos grandes camiones, uno carretón vacío (transporte de maquinarias agrícolas) y otro cerealero con acoplado también descargado, que a unos 90 kilómetros de velocidad se peleaban para ver quien se pasaba y le ganaba la posición al otro.

Ante este peligro tomamos distancia y eso nos permitió convertirnos en espectadores privilegiados al observar maniobras dignas de autódromos con despistes incluídos.

El camión cerealero se quedó sin espacio de sobrepaso por un rodado de frente, lo que lo obligó a cerrar la marcha abruptamente al que llevaba el carretón, quien debió caer a la banquina con todas sus ruedas derechas, levantando una gran polvareda y pasto seco.

A modo de increíble revancha, el conductor del camión con carretón salió a la búsqueda del cerealero y cuando comenzó a pasarlo a casi 100 kilómetros se pusieron a la par hasta casi el roce, para finalmente "tirarle" el rodado de manera completa al equipo con acoplado, quien comenzó a zigzaguear para luego de unos 80 metros caer a la profunda cuneta a la altura de la Laguna de Todos los Santos.


Este último rodado no volcó por la pericia del conductor, quien dejó ir el camión hasta doblar la dirección y hacerlo clavar de trompa entre los juncos y las totoras del lugar, saliendo ileso mientras veía como el otro camionero seguía por la ruta sin siquiera detener la marcha.

Paramos y auxiliamos, hasta que llegó un compañero de quien llevaba el camión cerealero.

"No es la primera vez que nos hacen esto, los conocermos de la empresa a la que pertenecen", fue una de las tantas frases esgrimidas por el conductor perjudicado en nuestra conversación a a vera de la rota ruta 51.

No hubo tragedia porque casualmente nadie venía de frente, simplemente quedó como un gran susto, algo totalmente evitable si no se jugara al límite con tanta imprudencia, irresponsabilidad e incoherencia.