Los argentinos recordamos aquellos fatídicos días finales de diciembre del 2001 cuando la ausencia de conducción de una pulverizada alianza política quedaba sin apoyo, frente a una oposición que socavaba los últimos vestigios del incompetente presidente Fernando De la Rúa.
La mayor crisis política, económica y social de la historia moderna de Argentina tomaba fuerza de arrastre por años, con una aguda depresión y al borde de la guerra civil.
El colofón del 19 y 20 de diciembre de una década atrás dejaba la inaudita presencia de 5 presidentes constitucionales diferentes en apenas 10 días, con una movilización callejera sin precedentes por la angustia e inseguridad existente.
Las cacerolas ganaban las calles en muestra de repudio.
La ciudad de 25 de Mayo no era ajena a los sucesos y desde la administración del también intendente radical Mariano Grau se seguían los acontecimientos con suma atención, ya que los cambios profundos se sucedían a cada minuto.
Los vecinos conversaban incrédulos en esas calles veinticinqueñas, con los televisores, las radios y los diarios que cambiaban de urgentes por la incesante cantidad de sucesos. Periodísticamente, no alcanzaban las coberturas.
Ese ciudadano común no podía entender la realidad y desde el exterior se dejaba a la deriva al país, con muchos compatriotas que comenzaban a emigrar por la falta de garantías. Parecía un cuento, pero resultó un triste encadenamiento de hechos, a cual de todos de mayor gravedad.
Muertes, saqueos y desazón eran los escenarios por entonces.
Se venía de años con una traumática convertibilidad del peso ante el dólar, se pasó a déficit fiscales incontrolables, se declaró la cesación de pagos (default) y se sumió a una posterior devaluación de la moneda dejando estragos en la sociedad con inauditos niveles de pobreza, indigencia y desempleo.
Por todo ello, es necesario recordar ese pasado para no repetir errores, una costumbre a lo largo de la historia de Argentina con crisis sistemáticas en las últimas décadas.
La mayor crisis política, económica y social de la historia moderna de Argentina tomaba fuerza de arrastre por años, con una aguda depresión y al borde de la guerra civil.
Ex presidente De la Rúa |
Las cacerolas ganaban las calles en muestra de repudio.
La ciudad de 25 de Mayo no era ajena a los sucesos y desde la administración del también intendente radical Mariano Grau se seguían los acontecimientos con suma atención, ya que los cambios profundos se sucedían a cada minuto.
Los vecinos conversaban incrédulos en esas calles veinticinqueñas, con los televisores, las radios y los diarios que cambiaban de urgentes por la incesante cantidad de sucesos. Periodísticamente, no alcanzaban las coberturas.
Ese ciudadano común no podía entender la realidad y desde el exterior se dejaba a la deriva al país, con muchos compatriotas que comenzaban a emigrar por la falta de garantías. Parecía un cuento, pero resultó un triste encadenamiento de hechos, a cual de todos de mayor gravedad.
Muertes, saqueos y desazón eran los escenarios por entonces.
Se venía de años con una traumática convertibilidad del peso ante el dólar, se pasó a déficit fiscales incontrolables, se declaró la cesación de pagos (default) y se sumió a una posterior devaluación de la moneda dejando estragos en la sociedad con inauditos niveles de pobreza, indigencia y desempleo.
Por todo ello, es necesario recordar ese pasado para no repetir errores, una costumbre a lo largo de la historia de Argentina con crisis sistemáticas en las últimas décadas.