El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ratificó sus cruces ideológicos con al peruano Premio Nobel Mario Vargas Llosa y al filósofo español Fernando Savater por las críticas al peronismo y a las políticas del gobierno nacional.
Los etiquetó por decir "estupideces" y dijo sentir "vergüenza ajena" de la actitud de ambos.
"Me parece horrible lo que hacen. ¿Qué les importa a ellos (lo que pasa en el país)?. La Argentina es un país soberano que tiene derecho a hacer lo que se le antoja", sostuvo el funcionario en declaraciones radiales.
Sin embargo, a nuestro entender, las palabras de ambos intelectuales no dejaron de ser críticas, lo que no significa ofensivas. Ahora, como jefe de Gabinete, es entendible que deba salir a defender todo lo que considere inadecuado.
Además, varios funcionarios argentinos han opinado de la realidad en otros países y un presidente caribeño hace campaña a favor del oficialismo argentino, pero en nuestra propia tierra.
¿Cuál es el problema?. Lo importante es que cada uno se haga cargo de sus palabras y que se respete civilizadamente la postura del otro. La intolerancia es mala consejera.
Por ello, como emblema, la libertad es indivisible.
