La partida física de Nehuén Laurito Rastelli nos conmovió, tras su pelea por la vida y la fuerza exhibida. Era un bebé veinticinqueño, pero deja rastros de gigante.
Hay hechos inexplicables desde lo sentimental, sólo entendidos en lo espiritual.
La ciencia no pudo con la enfermedad frente a tanta súplica pública y esfuerzo profesional. Queda más que una familia dolorida, quedan recuerdos de una persona especial.
"Cuando las palabras no alcanzan, cuando nos preguntamos por qué sin encontrar respuesta, solo nos queda pedirle a Dios fuerza y paz. Nehuén es un angelito en el cielo", escribió Mariana.
Susana sintetizó: "día muy triste ... pensar que algunas personas pasan por esta vida sin generar un sólo sentimiento de amor, y que este ‘chiquito’ en tan poco tiempo nos enamoró a tantos".
Hubo colectas, donaciones, viajes, internaciones y tratamientos, pero no alcanzó, aunque fueron válidos todos los emprendimientos.
Ahora descansa en paz.