- La falta de reacción del gobierno ante medidas económicas necesarias es compleja, no para llegar a un colapso pero si rumbo a puntuales deterioros si no se actúa con urgencia y firmeza.
. La mayoría de los especialistas coinciden al respecto.
. La mayoría de los especialistas coinciden al respecto.
. Los flancos más débiles pasan por la pobreza e indigencia, salida de capitales, pago de deuda, inflación, caída del poder adquisitivo, parcial aislamiento comercial, desempleo, caída de competitividad y retoque de tarifas, entre otros.
. Las urnas arrojaron en junio un duro traspié político para la gestión de los Kirchner, que en la práctica pareciera que se diluye.
. Hay sondeos muy contundentes en cuanto a la falta de respaldo real para ministros (click) y la desconfianza a las estadísticas oficiales.
Artilugio
. El aumento del gasto público complica para impulsar el llamado superávit primario (previo pago de deuda), pero para que los números resulten positivos, se quitan recursos de áreas muy necesitadas.
. Los subsidios no dejan de ser un gran problema y el gobierno no sabe explicar las complicaciones que eso origina. Las tarifas públicas en Argentina son de las más baratas en la región.
. Para encuadrar el desnivel fiscal, en particular de las provincias, no se debe descartar una mayor presión tributaria y la depreciación de la moneda local (click), el peso, que permita licuar gasto por parte del Estado nacional.
. Está claro que el gobierno quisiera más intervencionismo, pero no tiene fondos suficientes para apalancar estructuras.
Repeticiones
. Pareciera que Argentina se encamina hacia las típicas cosas que cíclicamente se computan: ajustar fiscalmente, devaluar y reestructurar la deuda.
. Ninguna de estas pautas necesariamente implica hiperinflación o cesación de pagos (default), pero es cierto que históricamente Argentina casi siempre se equivocó con las tres, en conjunto o por separado.
. El inútil enfrentamiento con el campo ha sido otro grave error, cuando la negociación franca debió imperar.
. Hay urgencias, pero se pueden hacer ajustes sin afectar a los estratos sociales más necesitados. Aparecen signos de un piso para la recesión o estancamiento, de acuerdo con el ojo que se lo mire.
. Ni cuasi monedas ni corralito financiero, las secuelas previstas de la estanflación encuadran el sombrío presente.
. Las urnas arrojaron en junio un duro traspié político para la gestión de los Kirchner, que en la práctica pareciera que se diluye.
. Hay sondeos muy contundentes en cuanto a la falta de respaldo real para ministros (click) y la desconfianza a las estadísticas oficiales.
Artilugio
. El aumento del gasto público complica para impulsar el llamado superávit primario (previo pago de deuda), pero para que los números resulten positivos, se quitan recursos de áreas muy necesitadas.
. Los subsidios no dejan de ser un gran problema y el gobierno no sabe explicar las complicaciones que eso origina. Las tarifas públicas en Argentina son de las más baratas en la región.
. Para encuadrar el desnivel fiscal, en particular de las provincias, no se debe descartar una mayor presión tributaria y la depreciación de la moneda local (click), el peso, que permita licuar gasto por parte del Estado nacional.
. Está claro que el gobierno quisiera más intervencionismo, pero no tiene fondos suficientes para apalancar estructuras.
Repeticiones
. Pareciera que Argentina se encamina hacia las típicas cosas que cíclicamente se computan: ajustar fiscalmente, devaluar y reestructurar la deuda.
. Ninguna de estas pautas necesariamente implica hiperinflación o cesación de pagos (default), pero es cierto que históricamente Argentina casi siempre se equivocó con las tres, en conjunto o por separado.
. El inútil enfrentamiento con el campo ha sido otro grave error, cuando la negociación franca debió imperar.
. Hay urgencias, pero se pueden hacer ajustes sin afectar a los estratos sociales más necesitados. Aparecen signos de un piso para la recesión o estancamiento, de acuerdo con el ojo que se lo mire.
. Ni cuasi monedas ni corralito financiero, las secuelas previstas de la estanflación encuadran el sombrío presente.