- Todo nuevo diálogo genera expectativas de renovación, porque desde la palabra se produce una movilización de hechos, que en la práctica debería llevar a nuevos horizontes.
. La voluntad es primordial entre las partes para lograr consenso, situación imprescindible a favor del beneficio colectivo .
. No siempre se logran resultados, pero vale la pena cada intento.
. Una nueva mesa de conversaciones entre el gobierno argentino y sectores del agro termina de arrojar muy escasos avances, porque el oficialismo defiende el superávit y el campo los intereses empresariales.
. Parecieron compartir diferentes mesas.
. Ambas partes tiene razón, al mismo tiempo que los dos bandos siguen cometiendo errores.
. El gobierno tiene razón cuando resguarda los números fiscales, pero se equivoca cuando desconoce una dura realidad entre la gente rural, que se anexa al desempleo y la pobreza.
. Los dirigentes agropecuarios tiene razón cuando reclaman por la difícil situación de la lechería, de la ganadería y del sombrío futuro de las cosechas, pero se equivocan en la manera de comunicar sus enormes problemas.
IDA Y VUELTA
. Está demostrado que desde la presidencia argentina no se dará marcha atrás con las retenciones agropecuarias, que han demostrado un gran beneficio para las grandes firmas administradoras de campos en desmedro de miles de campesinos que trabajan hasta a pérdida.
. Pero el resultado electoral de junio sirvió para abrir un nuevo escenario, el del diálogo, el que quizás no sea fructífero en una instancia pero aventura decisiones legislativas que se esperan alentadoras en los meses cercanos.
. La realidad del interior argentino difiere, y en mucho, de los grandes centros poblacionales. La primera instancia de desaceleración económica, el posterior estancamiento y los evidentes signos de recesión urgen medidas de fondos.
. Que el diálogo sea verdadero, que no desaparezca, que la palabra se respete y prospere.