Aaaapunte ..., diiiisparen ..., fuuuuegoooo ... !!!. Remanida frase de la historia y películas contemporáneas.
El debate quedó abierto, una vez más, luego que la presidenta argentina Cristina Fernández usara la cadena nacional para hacer anuncios y política partidaria.
A favor o en contra, cada opinión debería tener su sustento.
Lo que pareció fuera de foco fue el paralelismo utilizado por la mandataria entre el 'fusilamiento real' del militar y político Manuel Dorrego, en febrero de 1828, con el 'fusilamiento mediático' al que hizo referencia y se puso en la condición de víctima.
Suena a desmesura semejante comparación.
La prensa, y por ende el periodismo, tiene el derecho a informar, pero más allá todavía, tiene la obligación de decir la verdad.
Que hay medios y periodistas urgidos por otros intereses a dejar de lado el principio básico de la información no es novedad, pero desde la dignidad de la profesión uno defiende la objetividad como bien común.
Como meros ciudadanos, es difícil diferenciar libertad de prensa con libertad de empresa.