Pegando la vuelta desde Shangai
- Por Fernando Almirón
. Sigo con esta hermosa aventura de conocer partes de China.
. Ustedes van a pensar que me pegó mal el chaw fan, que el tofu tenía hongos alucinantes o que tomé agua del rio Yangtse y me cayó mal, pero les cuento algo que no me van a poder creer.
. Pasé por Babel. Si, en Babel, la de la famosa Torre con la que los hombres pretendían alcanzar el cielo.
. Lo que pasa que ahora cambió de nombre (estos chinos son unos capos haciendo copias) y se llama Shangai, está en el suroeste de China, es una ciudad de cerca de 20 millones de habitantes, chinos y de cualquier parte del mundo, y tiene una torre alta y famosa que se llama ´La Perla de Oriente´ y que hoy observé que si no llega al cielo, por lo menos le hace cosquillas con la agujita de la punta.
. No se imaginan lo que es caminar por Nanjing Road (la calle Florida de Shangai) un domingo al mediodía. Es un verdadero flash entre los carteles luminosos, los cientos de edificios inmensos y las millones de personas que te rodean.
. Shangai es mi última escala en el periplo chino. Llegué en tren desde Guilin durante 23 horas, un viaje cansador pero divertido.
Jugando casi de local
. Lo bueno es que cuando llegué llamé a un conocido de un amigo y me confirmó que esa noche había ASADO para festejar su cumpleaños.
. Imaginen mi entusiasmo, asado, argentinos, amigos, diversión, todo en Shangai.
. Al lugar llegué en subte y auto, subí hasta un piso 16, donde verdaderamente había gente de todo el mundo. El asador era un chileno, que se fue con la parrillita y la carne en subte junto al cumpleañero y a su esposa.
. Había otro argentino, un porteño, hincha de River, todo un personaje. También estaba un catalán muy divertido, un vasco buenazo como todos los vascos, un francés, un canadiense, un albanés, un italiano con cara y cuerpo de chino pero que hablaba como Pedrín el Fainero, otro chileno hablador, un mexicano extraño y creo que no se me olvida ninguna.
. Y el equipo femenino también se las traía. Una profesora china muy simpática que me invitaba a conocer su tierra, en la loma de la China, una japo-americana muy bonita que también cumplía años, otra japonesa que aprende italiano en Shangai y hablábamos en ese idioma, una china-americana de California que hablaba algo de español, otras dos americanas, otra tana y otra china que la correteó un italiano borracho toda la noche.
Hablamos de …
. La velada transcurrió entre la carne asada, otras exquisiteces, temas de la Bersuit, los Rolling, arduos debates sobre si (Román) Riquelme debe estar en la selección, o si (Martín) Palermo era un mal jugador.
. Una china que no entendía como los hombres nos dábamos besos en la mejilla (acá solo te dan la mano, hombres y mujeres), el catalán que hacia pases de magia con una carta de poker y miles de historias cruzadas entre gente de realmente todo el mundo.
. Parecía una reunión de las Naciones Unidas (ONU).
. Después, abandonamos el departamento que para esto era Kosovo, con botellas tiradas por todos lados y nos fuimos a un boliche (algo mejorado en relación a la pista de Floco y los veinticinqueños saben de que hablo). Muy divertido.
. La verdad, una experiencia alucinante, una verdadera Babel de viajeros que vienen a esta ciudad inmensa, próspera, que no se parece en nada a la otra China que he visitado, pero que también debo conocer un poco más a fondo.
Periplo
. El viaje en tren, mis peripecias para tomar taxis cuando no tengo direcciones escritas en chino, las compras, los compañeros de viaje y muchas otras anécdotas quedarán para otra oportunidad.
. Solo les dejo un par de nuevas cosas que he comprobado en China, por ejemplo, que la mandarina es una fruta de acá. Si, la fruta que tanto olor nos dejaba en las manos en las tardes de otoño en 25 de Mayo es china, por eso deben llamarla mandarina.
. Además, el juego del chinchón, también se juega por acá, en una mezcla con el poker. Lo jugué con mis compañeros de viaje y hasta les gané unas manos a pesar de no hablar una palabra en común.
. En fin, nos vemos pronto, un abrazo y gracias por estar siempre ahí.
. Saludos (Ferchu, algo achinadito)