Humor / Sociedad
La consagración de River Plate en la Copa Argentina disparó infinitas cargadas hacia los simpatizantes de Boca Juniors, una tradición argentina de acuerdo al lado de la suerte futbolística.Peña veinticinqueña de Boca Juniors |
Como todo en la civilización, hay límites.
La sonrisa deportiva "amigable" cuando al adversario le juega en contra es moneda corriente en el folclore de un país como el nuestro, donde el fútbol es el deporte de mayor penetración social.
Sin embargo, nuevamente afloraron las palabras hirientes en muchos perfiles de redes sociales, como cizañera revancha o como si se tratara de una cuestión de muerte.
Pareciera que vale más el sufrimiento ajeno a la alegría personal, lo que trastoca la conducta que luego se traslada a la vida cotidiana.
Socialmente es una bajeza no saber distinguir esos límites de lo que representa una circunstancial conquista deportiva ante el dolor profundo sentimental que pueda tener el otro por ilusiones truncas. Es ahí donde afloran los reales perfiles de muchos, sin importar credos ni colores de una camiseta.
Ahora es el turno del real hincha de River para que festeje, como años atrás lo fue para el de Boca, situaciones que se replican entre Racing e Independiente o Argentinos y Plaza España, entre otros múltiples ejemplos.
Se tiene que hacer notar el límite del respeto, por dignidad y enseñanza al prójimo.