Sociedad
Anita Weinstein estaba en el segundo piso de un centro comunitario judío en Buenos Aires el 18 de julio de 1994 cuando el techo y las paredes colapsaron por el estallido de un coche bomba afuera.Atentado en AMIA (1994) |
Las emociones de ese día volvieron rápidamente hace dos semanas, cuando su hija la llamó con la noticia de que Alberto Nisman, el fiscal que investigaba el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), había sido encontrado en su departamento de Buenos Aires con un disparo en la sien.
"Fue la misma falta de comprensión, como si mi cabeza estuviera en un lugar y mi cuerpo en otro", dijo Weinstein. "Y luego, una vez que pasó, el mismo miedo de que nunca sepamos lo que ocurrió realmente".
Los sobrevivientes del atentado a la AMIA y muchos otros argentinos están perdiendo las esperanzas de que la muerte de Nisman o el ataque de 1994 se esclarezcan alguna vez, apuntando al comportamiento muchas veces errático del Gobierno y una larga historia en el país de oscuros crímenes políticos que terminan sin castigo.
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