La
agrupación donde sobresalían bellas jóvenes se remonta a los finales de la
década del ’70 e inicios del ’80, buscando un émulo de la marplatense Guardia
del Mar.
Unas 60 chicas –de entre 15 y 20 años aproximadamente- bailaban diferentes ritmos en representación de la ciudad, acompañadas por el sonido de redoblantes y bombos que ejecutaban otros seis muchachos bajo la batuta del estimado Dardo Rovera.
Las
Fortineras debieron su particular nombre a la historia misma de 25 de Mayo en
sus orígenes, de la mano de la carismática “Marita” Cánepa.
Foto grupal en el anfiteatro Isidro Quesada |
Unas 60 chicas –de entre 15 y 20 años aproximadamente- bailaban diferentes ritmos en representación de la ciudad, acompañadas por el sonido de redoblantes y bombos que ejecutaban otros seis muchachos bajo la batuta del estimado Dardo Rovera.
Los ensayos
grupales se hacían los sábados por la tarde en el alto del Salón Blanco
municipal y los vestuarios eran ultimados en el predio del Club Social.
Este grupo de veinticinqueños no sólo actuaron en suelo propio sino que viajó a diferentes partes de la provincia de Buenos Aires, recibiendo innumerables reconocimientos populares.
Este grupo de veinticinqueños no sólo actuaron en suelo propio sino que viajó a diferentes partes de la provincia de Buenos Aires, recibiendo innumerables reconocimientos populares.
La
indumentaria, la coreografía y el ritmo demostrado, resultó un especial
acontecimiento para la época, con recuerdos que perduran entre sus integrantes
mayoritarias de mujeres y el minúsculo
ramillete de adolescentes varones.