El mal uso de la pirotecnia sigue causando dolores de cabeza y dejando secuelas en la salud, algo inexplicable ante la abundante acumulación de información.
Obviamente 25 de Mayo no es la excepción y quedó demostrado en la pasada Nochebuena y Navidad, donde es maravilloso ver los destellos nocturnos, pero poco entendible los riesgos que corren algunas personas.
Ver a menores en el manejo de los fuegos artificiales es inapropiado, a lo que se suma la irresponsabilidad de algunos mayores que creen lograr diversión cuando ponen en riesgo su salud y la de muchos otros.
Es un peligro a todas luces, que incluye incendios hogareños y de campos. Ni hablar de los estragos que causa en las mascotas, con los sufrimientos de los perros a la cabeza de la lista.
Por todo es necesario tomar prevenciones.
El uso incorrecto de los artefactos de pirotecnia que se utilizan en la actualidad, puede provocar “traumas acústicos” que derivan en pérdida auditiva permanente e irreversible, según explicaron especialistas de la comisión de Ecología del Colegio de Fonoaudiólogos regional La Plata.
“La pirotecnia en general, que se vende en el mercado produce sonidos de muy alta intensidad. Al explotar pueden llegar hasta los 120 ó 140 decibeles, equivalente al producido por un arma de fuego o despegue de avión, y está científicamente comprobado que toda intensidad sonora que supere los 90 decibeles resulta dañina para el oído”, aseguraron profesionales de esa entidad que nuclea a los fonoaudiólogos platenses.
De acuerdo con estadísticas oficiales, casi el 20 por ciento de los accidentados que ingresaron a las guardias en Navidad presentaban alguna lesión auditiva.
Según explicó la fonoaudióloga Noemí Díaz, secretaria del Colegio de Fonoaudiólogos, “al estallar un petardo por ejemplo, se produce un ruido corto, muy intenso e imprevisto, por lo tanto el oído de quien está cerca o lo manipula, pierde su capacidad de defensa. Así es que puede producirse un “trauma acústico” lo que provoca una pérdida auditiva permanente e irreversible y también resultan frecuentes las apariciones de zumbidos, en los momentos posteriores a la detonación. La pérdida súbita de la audición es una verdadera urgencia otorrinolaringológica que debe tratarse sin la menor dilatación (menos de 24 horas si es posible) para tener las mayores posibilidades de recuperación".
A partir de los resultados de estos estudios, el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata recomienda una manipulación “responsable” de este tipo de artefactos.
“En esta época del año se intensifica el uso de pirotecnia y a veces los adultos no asumen los recaudos necesarios. Y por eso, vemos que después de Navidad o de Año Nuevo, decenas de niños deben ser atendidos en centros asistenciales por diferentes accidentes derivados de esta situación. Nuestra entidad promueve el uso responsable para preservar la salud de la población”, aseguró la presidenta del Colegio de Fonoaudiólogos platense, Alejandra Morchón.
Díaz explicó que los primeros síntomas de una afección en el aparato auditivo son el aturdimiento,molestia auditiva, y en o casiones, pérdida de equilibrio y zumbidos agudos.
Las autoridades explicaron que el riesgo es mayor aún si la explosión ocurre en lugares cerrados, como puede ser un balcón, un patio cubierto, un galpón ya que el sonido reverbera. "Estamos hablando que en algunos casos se duplica el ruido que se acepta como tolerable para un ser humano" dijeron los especialistas.
"El ruido asociado a cualquier explosión se caracteriza por ser de tipo impulsivo, lo cual significa que su duración es extremadamente corta. El oído está provisto en forma natural de un mecanismo protector que reduce la transmisión de los sonidos más intensos hacia las delicadas células del oído interno, pero actúa recién después de unos diez centésimos de segundo, por lo cual es ineficaz frente al ruido de los petardos", explicó la licenciada Silvia Bermúdez, responsable de la Comisión de Ecología del Colegio.
En general las personas asisten a consulta de guardias médicas, por otro tipo de consecuencias como quemaduras o heridas en ojos, y recién advierten el daño auditivo posteriormente”, aseguró la fonoaudióloga Díaz.
Los nuevos elementos de pirotecnia, más sofisticados y poderosos también tienen su incidencia en los casos. En los últimos años se viene registrando un crecimiento de problemas acústicos provocados por bombas de estruendo. En las unidades y consultorios de fonoaudiología cada vez son más habituales los diagnósticos de hipoacusia en jóvenes, siendo una de las causas este tipo de “festejo de fin de año”.
Por eso, el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata recomienda:
· - Elegir pirotecnia con bajo nivel de ruido
· - Mantenerse alejado de las explosiones
· - Evitar que los niños manipulen explosivos
· - Evitar estallidos en lugares cerrados
· - Usar protectores auditivos
· - En caso de bebes , niños pequeños o mascotas , mantenerlos en habitaciones o lugares cerrados apartados de las explosiones, o en caso de poder tomar este tipo de medida, colocarles vinchas protectoras o tapones en oídos
Una vez producido el daño no hay medicamento ni tratamiento que sirva para que el nivel auditivo vuelva a la normalidad. Se deben realizar los estudios audiológicos correspondientes. “Por eso resultan clave en estos casos las medidas de prevención”, concluyó Morchón.
Obviamente 25 de Mayo no es la excepción y quedó demostrado en la pasada Nochebuena y Navidad, donde es maravilloso ver los destellos nocturnos, pero poco entendible los riesgos que corren algunas personas.
Es un peligro a todas luces, que incluye incendios hogareños y de campos. Ni hablar de los estragos que causa en las mascotas, con los sufrimientos de los perros a la cabeza de la lista.
Por todo es necesario tomar prevenciones.
El uso incorrecto de los artefactos de pirotecnia que se utilizan en la actualidad, puede provocar “traumas acústicos” que derivan en pérdida auditiva permanente e irreversible, según explicaron especialistas de la comisión de Ecología del Colegio de Fonoaudiólogos regional La Plata.
“La pirotecnia en general, que se vende en el mercado produce sonidos de muy alta intensidad. Al explotar pueden llegar hasta los 120 ó 140 decibeles, equivalente al producido por un arma de fuego o despegue de avión, y está científicamente comprobado que toda intensidad sonora que supere los 90 decibeles resulta dañina para el oído”, aseguraron profesionales de esa entidad que nuclea a los fonoaudiólogos platenses.
De acuerdo con estadísticas oficiales, casi el 20 por ciento de los accidentados que ingresaron a las guardias en Navidad presentaban alguna lesión auditiva.
Según explicó la fonoaudióloga Noemí Díaz, secretaria del Colegio de Fonoaudiólogos, “al estallar un petardo por ejemplo, se produce un ruido corto, muy intenso e imprevisto, por lo tanto el oído de quien está cerca o lo manipula, pierde su capacidad de defensa. Así es que puede producirse un “trauma acústico” lo que provoca una pérdida auditiva permanente e irreversible y también resultan frecuentes las apariciones de zumbidos, en los momentos posteriores a la detonación. La pérdida súbita de la audición es una verdadera urgencia otorrinolaringológica que debe tratarse sin la menor dilatación (menos de 24 horas si es posible) para tener las mayores posibilidades de recuperación".
A partir de los resultados de estos estudios, el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata recomienda una manipulación “responsable” de este tipo de artefactos.
“En esta época del año se intensifica el uso de pirotecnia y a veces los adultos no asumen los recaudos necesarios. Y por eso, vemos que después de Navidad o de Año Nuevo, decenas de niños deben ser atendidos en centros asistenciales por diferentes accidentes derivados de esta situación. Nuestra entidad promueve el uso responsable para preservar la salud de la población”, aseguró la presidenta del Colegio de Fonoaudiólogos platense, Alejandra Morchón.
Díaz explicó que los primeros síntomas de una afección en el aparato auditivo son el aturdimiento,molestia auditiva, y en o casiones, pérdida de equilibrio y zumbidos agudos.
Las autoridades explicaron que el riesgo es mayor aún si la explosión ocurre en lugares cerrados, como puede ser un balcón, un patio cubierto, un galpón ya que el sonido reverbera. "Estamos hablando que en algunos casos se duplica el ruido que se acepta como tolerable para un ser humano" dijeron los especialistas.
"El ruido asociado a cualquier explosión se caracteriza por ser de tipo impulsivo, lo cual significa que su duración es extremadamente corta. El oído está provisto en forma natural de un mecanismo protector que reduce la transmisión de los sonidos más intensos hacia las delicadas células del oído interno, pero actúa recién después de unos diez centésimos de segundo, por lo cual es ineficaz frente al ruido de los petardos", explicó la licenciada Silvia Bermúdez, responsable de la Comisión de Ecología del Colegio.
En general las personas asisten a consulta de guardias médicas, por otro tipo de consecuencias como quemaduras o heridas en ojos, y recién advierten el daño auditivo posteriormente”, aseguró la fonoaudióloga Díaz.
Los nuevos elementos de pirotecnia, más sofisticados y poderosos también tienen su incidencia en los casos. En los últimos años se viene registrando un crecimiento de problemas acústicos provocados por bombas de estruendo. En las unidades y consultorios de fonoaudiología cada vez son más habituales los diagnósticos de hipoacusia en jóvenes, siendo una de las causas este tipo de “festejo de fin de año”.
Por eso, el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata recomienda:
· - Elegir pirotecnia con bajo nivel de ruido
· - Mantenerse alejado de las explosiones
· - Evitar que los niños manipulen explosivos
· - Evitar estallidos en lugares cerrados
· - Usar protectores auditivos
· - En caso de bebes , niños pequeños o mascotas , mantenerlos en habitaciones o lugares cerrados apartados de las explosiones, o en caso de poder tomar este tipo de medida, colocarles vinchas protectoras o tapones en oídos
Una vez producido el daño no hay medicamento ni tratamiento que sirva para que el nivel auditivo vuelva a la normalidad. Se deben realizar los estudios audiológicos correspondientes. “Por eso resultan clave en estos casos las medidas de prevención”, concluyó Morchón.
