Un terremoto de 8,9 grados Richter que sacudió este viernes (11 de marzo) el noreste de Japón causó un devastador tsunami que alcanzó diferentes costas del país asiático, donde las dantescas imágenes de la televisión local mostraron como el agua arrastró todo lo que se ponía por delante. El epicentro se detectó a 130 kilómetros mar adentro de la ciudad de Sendai, en la isla de Honshu a las 14,46 hora local (0546 GMT). Se trata de uno de los terremotos más graves registrados en la historia de Japón –y entre los 5 más graves desde que se mide la magnitud-, con incalculable cantidad de pérdidas humanas y económicas.
En Argentina se detectó el temblor unos 20 minutos más tarde, cruzando el núcleo de la tierra, dijo un especialista desde una central sísmica en la cuyana provincia de San Juan.
Agregó que “técnicamente” tuvo las mismas particularidades que el terremoto y el tsunami que afectó a los chilenos en febrero del 2010.
En la capital japonesa, Tokio, varios edificios temblaron violentamente, se detectó de inmediato un incendio en una refinería próxima y varias centrales nucleares interrumpieron sus actividades, al igual que las comunicaciones y el vital transporte ferroviario.
Ante la gravedad del suceso, la alerta de tsunami se extendió a toda la costa del Océano Pacífico, poniendo en alerta máxima a Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Perú y Chile, entre otras naciones.
