Con la desaparición física de Néstor Kirchner, el escenario político de Argentina tendrá un giro de importancia, a favor o en contra de intereses propios y ajenos, pero cambios al fin.
La inesperada muerte le quita a la presidenta Cristina Fernández al ideólogo de gobierno de los últimos años, en un momento donde su nueva candidatura presidencial emergía en el oficialismo.
Con su carácter confrontativo y de embestir contra lo que consideraba inadecuado, la gestión kirchnerista tuvo impronta en los últimos siete años.
Lideró a un país en crisis, impulsó la economía, embistió contra empresarios de peso, adoptó modificaciones ejecutivas y legislativas de profundo impacto en la sociedad.
Pudo gustar o ser rechazado, pero con su muerte, ahora se valora la clase política que tuvo su particular impronta.
De la intriga al dolor, marcó un período en la historia moderna del país que avaló con su vida. Su entorno le admiraba el ritmo de trabajo y le criticaba algún accionar.
Arrastró desgastantes polémicas.
La institucionalidad tiene preponderancia, frente a una interna del Partido Justicialista (PJ) que se vislumbra áspera.
Kirchner era ex presidente, esposo de Fernández, diputado nacional, titular del PJ y secretario general de UNASUR. Quizás, demasiadas responsabilidades, pero nunca sacó el cuerpo.
Algunos avalaron su andar o a otros molestó su accionar, pero a la luz de los hechos queda en claro que se trató de un político de alta influencia y líder de una fracción que ya lo extraña.
Era joven (60 años) para quien pensaba marcar la hegemonía desde la austral provincia de Santa Cruz. Su corazón le puso límite, y ahora el país enfrenta una encrucijada de poder.
Las demostraciones de dolor se multiplicaron desde sus seguidores en 25 de Mayo hasta el más ignoto "pingüino", como le gustaba definirse. Su presencia latinoamericana quedó plasmada con la llegada de varios presidentes regionales, para darle la despedida, el adiós.
Sus restos descansarán en la patagónica ciudad natal de Río Gallegos, pero su perfil abrirá nuevos frentes entre fanáticos y retractores.